lunes, 28 de diciembre de 2015

LA MORTIFICACIÓN DEL PECADO - JHON OWEN



Lo que cada creyente debería saber sobre la mortificación del pecado.

Este libro es un resumen de la obra del puritano John Owen

publicado por primera vez en 1656 y titulada en inglés,

"On Mortification of Sin"





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Consideraremos esta frase haciendo y contestando tres preguntas:

1. ¿Cuál es el significado de "la carne"?

Esta es la misma expresión usada frecuentemente en este capítulo para referirse a "la naturaleza pecaminosa" (vea Rom. 8:3, 4, 5, 8, 12 y 13) Pablo está enfatizando la diferencia entre el Espíritu y la naturaleza pecaminosa. El cuerpo es el instrumento que el pecado. usa para expresarse a si mismo expresarse a sí mismo. Entonces, Pablo usa la expresión "la carne" para expresar la naturaleza corrupta y la depravación del hombre.

2. ¿Cuál es el significado de la frase "las obras"?

Esto se refiere a los actos pecaminosos que la naturaleza pecaminosa (la carne) produce. En Gálatas S: 19-21 el apóstol nos da algunos ejemplos de estas "obras": "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, banquetes." Pero la preocupación principal de Pablo en Rom. 8 no son las obras externas, sino su causa interior. Es el deseo 5 pecaminoso no controlado lo que produce tales obras y lo que necesita ser radicalmente tratado.

3. ¿Cuál es el significado de "mortificar" (hacer morir o amortiguad)?

Este es un lenguaje figurado. Imagine que se mata a un animal. Matar un animal significa quitar su fuerza, poder y vida para que ya no pueda actuar y hacer lo que quiere. Esta es la figura que está en mente aquí. La naturaleza pecaminosa (o el pecado que todavía mora en nosotros) es comparada con una persona, el "viejo hombre" con sus recursos habilidades, sabiduría, maquinaciones, fuerza, etc. Pablo dice que esto es lo que debemos matar: Esto es lo que debe ser muerto (mortificado), es decir su fuerza, poder y vida deberían ser quitados por el Espíritu.


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domingo, 27 de diciembre de 2015

LA CONFESIÓN DE FE DE WESTMINSTER 1647



LA CONFESIÓN DE FE DE WESTMINSTER 1647, es un resumen de los puntos doctrinales que la Iglesia aplica, profesa enseña y explica a los creyentes, desde los inicios del protestantismo se utilizaban a fin de exponer de forma escrita que es lo que su iglesia cree y enseña. Así también, las iglesias herejes se oponían al uso de las mismas a fin de llevarle al nuevo creyente de manera pausada paulatina y verbalmente con una explicación distorsionada de la Palabra de Dios hacia sus fines apartados de la verdad. NO es una regla estricta--Es una explicación sana de los antiguos y primeros creyentes. Algunos de sus capítulos son:
De Las Santas Escrituras
De Dios y De La Santisima Trinidad
Del Decreto Eterno De Dios
De La Creacion
De La Providencia
De La Caida Del Hombre, Del Pecado Y Su Castigo
Del Pacto De Dios Con El Hombre
De Cristo, El Mediador
Del Libre Albedrio
Del Llamamiento Eficaz
De La Perseverancia De Los Santos
De La Seguridad DeLa Gracia Y De La Salvación
Del Magistrado Civil
De Los Sacramentos
Del Bautismo
De La Cena Del Señor
De La Disciplina Eclesiastica
De Los Sinodos Y Concilios
Del Juicio Final




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sábado, 19 de diciembre de 2015

Los afectos Religiosos - Por: Jonathan Edwards

La pregunta fundamental para la raza humana y para cada persona como individuo es esta:

¿Cuales son los rasgos distintivos de las personas que disfrutan del favor de Dios, aquellas que van camino al cielo?

Esta, solo es otra manera de preguntar: ¿Cuál es la naturaleza de la verdadera religión? ¿Que tipo de religión personal es la que Dios aprueba?

Es difícil responder con objetividad a una pregunta tan discutible. Aun más difícil es escribir al respecto con objetividad. Y lo más difícil de todo es tener objetividad al leer algo referente B este tema. Es probable que ofenda a muchos de mis lectores encontrar que en este libro he criticado, tantas emociones y experiencias religiosas.

Tal vez, puede que otros se enojen al ver las cosas que he defendido y aprobado. He tratado de mantener el equilibrio. No es fácil apoyar lo bueno de los avivamientos religiosos y a la vez, ver y rechazar lo que en ellos esta mal. Sin embargo, si queremos que el reino de Cristo prospere, sin duda, tendremos que hacer las dos cosas.

Admito que hay algo muy misterioso hache. ¡Tanto bien y tanto mal se hallan mezclados dentro de la iglesia! Es igual de misterioso como la mezcla de tanto bien y tanto mal en un cristiano individual.

No obstante, ni uno ni otro de estos misterios es nuevo. No es novedad que una religión falsa aparezca y prospere en un momento de avivamiento, ni que entre creyentes verdaderos aparezcan hipócritas.

Esto sucedió en el gran avivamiento que hubo en los días de Josías, como vemos en Jeremías 3:10 y 4:3-4. Fue igual en los días de Juan el Bautista. Juan conmovió a todo Israel con su predicación, y sin embargo poco después, la mayoría ya se había echado atrás. Juan 5:35: "vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz." Otra vez, cuando predico Cristo, sucedió la misma cosa.

Muchos lo admiraron por un tiempo, pero pocos fueron fieles hasta el final. (Juan 6:66) Y una vez más, cuando predicaron los apóstoles, se repitió la historia como sabemos por las herejías y divisiones que agobiaban las iglesias aun en vida de los apóstoles.

Esta mezcla de religión falsa con verdadera ha sido el arma más poderosa de Satanás contra la causa de Cristo. Es por esto que nos urge aprender a distinguir entre la religi6n falsa y la verdadera; entre emociones y experiencias que realmente nacen de la salvación, y las imitaciones que aunque externamente atractivas y creíbles, son falsas.


Fracasar a la hora de distinguir entre la religión falsa y la verdadera trae consecuencias terribles. Por ejemplo:
1. Muchos ofrecen a Dios una adoración falsa la cual piensan que le es aceptable, pero que El rechaza.

2. Satanás engaña a muchos en cuanto a la condición de sus almas, de esta manera los arruina eternamente. En algunos casos, Satanás hace que las personas piensen que son extraordinariamente santas, cuando en realidad no podrían ser más hipócritas.

3. Satanás daña la fe de creyentes verdaderos, mezclando con ella corrupciones y deformidades, hace que los creyentes se enfríen en sus emociones espirituales. A otros confunde con grandes dificultades y tentaciones.

4. Cuando los enemigos empedernidos del cristianismo ven a la iglesia tan corrompida y distraída, cobran ánimo.

5. Bajo la ilusión de que con su pecado están sirviendo a Dios, los hombres pecan con desenfreno.

6. Aun, los amigos del cristianismo engañados por las enseñanzas falsas, adelantan sin darse cuenta, la causa de sus enemigos. Bajo la ilusión de estar avanzando el cristianismo, son mucho más eficaces en destruirlo que los propios enemigos.

7. Satanás divide al pueblo de Cristo y lo pone a pelear entre si. Los cristianos riñen con gran fervor, como si esto fuera celo espiritual. El cristianismo se degenera en disputas sin sentido. Los partidos en pugna se abalanzan a extremos opuestos, dejando casi en el olvido el camino correcto que queda en medio de los dos.

Cuando los cristianos ven las terribles consecuencias de la religión falsa que se hace pasar por la verdadera, sus mentes se inquietan. No saben a donde mirar, ni que pensar. Muchos dudan que pueda haber algo real en el cristianismo. El ateísmo, la incredulidad y la herejía empiezan a extenderse.
Por estas razones es vital que hagamos todo lo posible para entender la naturaleza de la religión verdadera. Hasta haberlo hecho, no podremos esperar que los avivamientos duren mucho, ni sacaremos mucho provecho de nuestras discusiones y debates religiosos, ya que ni siquiera sabremos a favor de que discutir.

Mi propósito en este libro es contribuir en lo que pueda al entendimiento de la religión verdadera. Me propongo mostrar la naturaleza y las señales de la obra del Espíritu Santo en la conversión de los pecadores. También buscare explicar como podemos distinguir la obra del Espíritu de todo aquello que no es una verdadera experiencia salvífica. Si lo logro, espero que este libro ayude a promover los intereses del cristianismo genuino.

Que Dios acepte la sinceridad de mis esfuerzos, y que los verdaderos seguidores del manso y amoroso Cordero de Dios reciban mi ofrenda con oración y con mentes abiertas.
Jonathan Edwards



Prefacio del libro:Afectos Religiosos.

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miércoles, 16 de diciembre de 2015

La paradoja de la Navidad - John MacArthur

Estaba sentado en mi oficina viendo dos tarjetas navideñas. Una de ellas tenía un hombre obeso con una barba blanca y un par de pequeños duendes y decía ‘Ho, ho, ho’. La otra tenía un pesebre con una estrella y un bebé y decía “Llamarás a Su nombre Emanuel. Y comencé a pensar acerca de la paradoja de la Navidad. ¿Qué es la Navidad? Para algunos, es paz hacia los hombres de buena voluntad. Para el mundo, es confusión masiva, un ajetreo rápido por todos lados y una tasa de suicidio que se incrementa.
Esa hermosa noche hace 2000 años atrás, una estrella alumbró al cielo y marcó el lugar en donde Cristo nació, en donde Dios fue hecho carne. Hoy día, un millón de letreros de Navidad marcan el lugar en donde comienza la venta o donde usted puede desperdiciar su dinero comprando lo que no se necesita y que de cualquier manera, no le queda.
La primera Navidad fue una pobre, con un pesebre y un establo. Nuestra Navidad es un despliegue impresionante de riqueza, conforme millones gastan millones de dólares para ignorar el verdadero significado de la Navidad. En una ocasión, los hombres sabios vinieron a adorar a Jesús y hoy en día, los necios tienen fiestas de impiedad ignorando todo lo que Jesús vino a lograr. El Bebé de Belén nació como Salvador para darles a los hombres todo lo que necesitaban. Él ha sido reemplazado por un impostor llamado Santa Claus, quien se lleva lo que es de valor y da a cambio, lo que no tiene valor.

Esa es la paradoja de la Navidad. ¿A quién le pertenece? Conforme pensé acerca de la paradoja de la Navidad, pensé acerca de la gran paradoja de la Navidad. ¿Quién es Jesucristo? Comencé a ver alguna de las profecías y comencé a pensar: “¿me pregunto qué profecías podrían ser emocionantes para nosotros conforme las estudiamos y vemos el nacimiento de Cristo?” Y pensé en la idea de profecías paradójicas. ¿Sabía usted que el Antiguo Testamento está lleno de profecías que aparentemente son paradójicas o contradictorias acerca de Cristo? ¿Sabía eso? ¿Sabía usted que no había manera en la que los profetas del Antiguo Testamento podrían haber comprendido la plenitud del Mesías venidero simplemente en base a la contradicción aparente de sus propias profecías? Por ejemplo, un profeta se sentaba y Espíritu Santo le inspiraba y escribía que vendría un conquistador que gobernaría al mundo, quien sería el Salvador y Liberador de los hombres.

El mismo profeta, más tarde se sentaba y escribía acerca de un hombre de dolores que estaba solo y era rechazado. El profeta escribía acerca de un Rey de gloria y un Rey del cielo, un Salvador eterno, el Deseado de todas las naciones; y después, un profeta se sentaba y escribía acerca de que no hay atractivo en Él que los hombres desearan y Él era un siervo sangriento, sufriente, crucificado y muerto.

¿Cómo resuelve usted estas cosas? El profeta escribía que Él vendría en llama refulgente para vengarse de Sus enemigos. El otro profeta escribía que Él vendría predicando la paz. Entonces, los profetas ni siquiera podían entender lo que ellos mismos escribieron acerca de la Navidad.
Era una paradoja para ellos. El último de todos los profetas del Antiguo Testamento se vio enfrascado en la paradoja. Su nombre fue Juan el Bautista. De hecho, Juan estaba tan confundido que cuando él fue prisionero, él estaba encarcelado, envió algunos de sus discípulos a Jesús. El registro de ese encuentro se encuentra en el capítulo onceavo del Evangelio de Mateo. Y como puede ver, todo lo que Juan había dicho del Mesías, lo recibió de Dios. Lucas 3:2 con respecto a Juan dice: ‘la palabra de Dios vino a Juan’. Entonces, cuando Juan proclamó al Mesías, no fue su opinión. Fue revelación. Juan estaba declarando al Mesías y él estaba diciendo ciertas cosas acerca del Mesías. Usted pregunta qué es lo que él estaba diciendo acerca del Mesías. Bueno, él estaba diciendo que el Mesías sería un juez, que cuando viniera, que cuando el Mesías viniera, sucederían cosas terribles.
Entonces, Juan dice por ejemplo en Lucas 3:7: “¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento.” Éste era su mensaje. Juan dijo que venía un Mesías y que Él sería un juez aterrador.

En Mateo 3:7 él dijo de lo mismo y en el versículo 10 él dijo: “Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego.” Versículo 12: “Su aventador está en su mano, y limpiará Su era, y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.” Ése fue el mensaje de Juan acerca del Mesías venidero. Prohibiendo. Juzgando. Condenando. Ése es el Mesías que Juan esperaba.
Después vino Jesús. ¿Sabe lo que Él hizo? En la mayoría de los casos, obras de misericordia. Él sanó a los enfermos, Él les dio vista a los ciegos, hizo posible que los sordos oyeran, les dio voces a los mudos y vida a los muertos. Juan no lo entendió, porque no entendió que eso también era parte de la profecía, o lo había olvidado. Entonces, él envía a sus discípulos desde la cárcel para hacerle una pregunta a Jesús. Él fue encarcelado, usted recordará, por el rey Herodes Antipas. Él fue encerrado en una fortaleza oscura que está unos 8 km al este del mar Muerto y a unos 20 km o más al sur del extremo norte.

Está en el lugar más oscuro y aislado que uno puede imaginar. Fue construido originalmente como una fortaleza herodiana. Ahí estaba Juan; y no parecía que las cosas estaban saliendo como él lo esperaba, porque el Mesías iba a venir y a juzgar y establecer Su Reino. No había ningún juicio y no había ningún Reino. Y aquí estaba él, el hombre más grande que jamás vivió de acuerdo con Mateo 11:11, en la cárcel. Versículo 1 de Mateo 11: “Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a Sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de ellos. Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, para preguntarle: ¿Eres Tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?” Juan pregunta si hay dos Mesías. Cuando Juan oyó las cosas que Jesús hizo, no podía justificar esas cosas con lo que Juan había dicho que Jesús haría.
Juan estaba atrapado en la paradoja de la profecía. Él estaba confundido. Su fe estaba debilitándose. Él no podía ver cómo poder resolver un conflicto como ese. Y observe la respuesta de Jesús a los mensajeros que Juan envió. Jesús les dijo: “Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis.  Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el Evangelio.”

¿Por qué hizo eso él? ¿Por qué no le dio a Juan una respuesta más específica? ¿Por qué les dijo ‘vayan y recuerden el eso’? Observe esto. Porque las palabras que utilizó en el versículo 5 son realmente una paráfrasis de Isaías 35:5 e Isaías 35:6 e Isaías 61:1. Él está diciendo: “regresen y recuérdenle a Juan de algunas otras profecías que tengo que cumplir primero”.
El problema que Juan tenía era el problema que todos los profetas del Antiguo Testamento tenían. Ellos no veían distinción alguna entre la primera y la segunda venida. Entonces, él les dice a los mensajeros: “ustedes díganle que aguante. Tengo que hacer otras cosas que también han sido registradas proféticamente”.

Las palabras mismas que él dio fueron casi un eco del texto de Isaías. El versículo 6 es una reprensión gentil: “Y bienaventurado es el que no halle tropiezo en Mí.” O que no tropiece con lo que yo estoy haciendo. ¿Qué está diciendo? Oye, bendito el hombre que confía en Mí. Todavía no lo han visto todo. Confíen en Mí.

Entonces, como puede ver, Juan tenía ese problema. No hay manera en la que un profeta del Antiguo Testamento pudiera llegar a entender toda la resolución de estas cosas. El comentario del Nuevo Testamento explica la paradoja. Una de las verificaciones más grandes de la fe cristiana, creo yo que son las profecías diversas y aparentemente contradictorias. Como puede ver, nunca podrían ser reproducidas. Nunca podrían ser falsificadas.
Profecías tan asombrosas evitan que hombres impíos o discípulos celosos en extremo las cumplan de manera falsa. Observe lo que dice Primera de Pedro 1:10. Ahí dice: “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.” Ahora observe esto. En el versículo 10 dice que los profetas inquirieron y los profetas indagaron diligentemente. Y dice en el versículo 11 que los profetas escudriñar un. ¿Qué estaban escudriñando? Estaban escudriñando las cosas que ellos profetizaron en el versículo 10 y las cosas que yo testificaron el versículo 11 por parte del Espíritu Santo. Ellos estaban escudriñando sus propios escritos para poder entenderlas. Las paradojas eran tan obvias que ellos ni siquiera podían resolver los sufrimientos de Cristo con la gloria que debía venir tras ellos. Ellos no podían entender qué persona o qué tiempo podía reconciliar estas cosas. Qué persona podía cumplir esto y en qué tiempo podía ser hecho esto.

Entonces, ellos escudriñaron diligentemente para tener un entendimiento claro de las cosas que ellos mismos habían escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo. Como puede ver, no hay manera de falsificar cosas así. Una de las grandes pruebas que ellos no escribieron con sus propias mentes, sino que escribieron con la mente de Dios, fueron las contradicciones que ellos escribieron. Los hombres no harían eso. Dios lo hizo porque sabía que la resolución vendría en Cristo. Pero ellos no podían ver eso. Ni siquiera Juan lo entendió; y Juan pensó que debía haber dos Mesías. En Mateo 13:17, Jesús dijo: “de cierto os digo que muchos profetas y hombres justos han deseado ver las cosas que ustedes ven y no las han visto y oír las cosas que ustedes oyen y no las han oído.” Y regresando al versículo 16: “Bienaventurados son sus ojos porque ven y sus oídos porque oyen.” Tienen el beneficio de conocer las cosas que ellos querían ver resueltas de manera desesperada.

Ahora, veamos algunas de las paradojas. ¿Cuáles son? ¿Cuáles son las paradojas que los profetas tuvieron dificultad en reconciliar? La primera es la paradoja del Dios hombre. Punto uno, la paradoja del Dios hombre. Quiero mostrarle dos pasajes en Isaías para comenzar. Isaías 7:14, el primero. Esta es la profecía: “Por tanto, Jehová mismo, el Señor mismo dará señal.” Ahora, observen amigos. El Señor hará algo fuera de lo normal. Cuando dice que el Señor le dará una señal, eso será algo sobrenatural, ¿no es cierto? Tiene que serlo. De otro modo, no sería una señal de Dios. Si el Señor dijera ‘les voy a mostrar una señal: va a llover mañana’. Bueno, podría o podría no ser. Usted podría decir ‘bueno quizás el Señor tiene una mejor perspectiva de la estructura de las nubes’. Pero si el Señor dice ‘les voy a dar una señal, será algo sobrenatural’.

Ahora, observe esto: “He aquí la virgen concebirá…” Ahora amigos, ustedes no tienen que saber mucho para saber que eso es sobrenatural. ¿Un niño nacido sin un padre? ¿Una virgen? Concebirá, dice usted, almah, eso puede significar mujer joven. Alguna de las traducciones liberales la traducen de esa manera.
Almah podría significar mujer joven, sí. Pero en el Antiguo Testamento, almah es siempre utilizada de una virgen. La Septuaginta la usa de una virgen. El comentario del Nuevo Testamento está citando esto y usa la palabra virgen. Y usted podría imaginarse que si dice esto: “El Señor mismo les dará una señal. He aquí, una mujer les dará un bebé.” Esa no es una señal. Eso sucede todo el tiempo. El lenguaje mismo indica lo sobrenatural. “La virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamará a su nombre Emanuel.”

Usted preguntará por qué eso es tan importante. Yo conozco a alguien que se llama Emanuel. Y le voy a decir por qué es tan importante eso. Eso sólo se volvió un nombre debido hace ese versículo. EL, esas dos letras, EL, eso es Dios. El Echad. EL HaKadosh. El Elyon. Betel es la casa de Dios. Esas dos palabras significan Dios. Emanuel significa Dios con nosotros. Observe, tiene una paradoja. Un Hijo que es Dios.

Ahora, espere un momento. ¿Cómo puede ser eso posible? ¿Un hijo nacido de una mujer que es Dios? Observe Isaías 9; y usted sabe que Isaías tuvo problemas con esto. Isaías 9:6: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado.” Yo pensé que podía entender eso. “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará Su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
¿Cómo puede nacer un niño que sea el Dios fuerte? Ahí está la paradoja. ¿Cómo puede nacer un niño quien es el Padre de la eternidad? La paradoja es clara. Hay un niño. Él es humano. Él es Dios. Una mujer dará a luz a un hijo quien dará a luz al Hijo. ¿Podría ser? Si las Escrituras son verdaderas, debe ser.

Los llevó a Lucas, capítulo 1, versículo 30: “Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y Su Reino no tendrá fin.”
María tuvo el mismo problema que tuvieron los profetas. María le preguntó al ángel cómo podía ser eso, siendo que ella no conocía hombre. Ella nunca había tenido relación con un hombre. ¿Cómo podía tener un bebé?, El ángel le respondió y le dijo “el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del altísimo te cubrirá. Por lo tanto, el Santo ser que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios.”
Ahora como puede ver, la profecía era que María tendría un bebé, pero no sería simplemente un bebé ordinario sería alguien santo. ¿Hay algún bebé que haya nacido en el mundo que fuera santo? No. Esto es fuera de lo normal. Y el Hijo de Dios. Hijo, no en el sentido de simiente. Hijo en el sentido de que es el Dios encarnado. Él es Dios. Él es hombre. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Escuche. Jesús, el hombre, es el Dios Jehová del Antiguo Testamento.

Esta semana estaba leyendo un libro que claramente presentaba esto. Simplemente para comparar un par de cosas que fueron fascinantes, ¿se acuerda usted de la visión que Isaías tuvo en el año que el rey Usías murió, en Isaías 6? “Vi al Señor alto y sublime y exaltado.” Y la palabra Señor a lo largo de ese capítulo es Jehová. Se traduce Señor en algunas versiones, pero es Jehová. Siempre puede distinguir la palabra que es Jehová. Y en algunas versiones, está en mayúscula, versículo 3 “Santo, Santo, Santo es Jehová de los ejércitos”. Ahora, aquí Isaías está teniendo una visión de Jehová Dios.
Ahora, quiero que vea Juan 12:39. Escuche, aquí nuestro Señor está citando de Isaías, y dice: “Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y Yo los sane. Isaías dijo esto cuando vio Su gloria, y habló acerca de Él.” ¿De quién? De Cristo. Observe, el antecedente de Él y el antecedente de Él en el 41 es Cristo. Ahora, ¿qué es lo que está diciendo ahí? El pasaje de Isaías 6, vi a Jehová se está refiriendo a Cristo en Juan 12. Jesús es Jehová.

En Isaías 40, usted tiene ahí una predicción sorprendente acerca de la obra de Juan el Bautista. Quiero mostrarle esto como ilustración simplemente. Versículo 1: “Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados. Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.” Preparad camino a Jehová.

Mateo 3, aquí vino Juan cumpliendo la profecía predicando en el versículo 3 de Mateo 3: “Pues éste es Aquel,” está hablando de Cristo, “de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor.” ¿Quién es el Señor que es el Jehová de Isaías 40? Es el Jesús en los Evangelios. Jesús es Jehová. Levítico 19:3: “Guardad vuestros días de reposo. Yo soy Jehová, vuestro Dios.” Mateo 12:8, Jesús dijo: “Porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo”. Él es el Jehová del Antiguo Testamento. Joel 2:32: “Sucederá que todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo en nombre de Jehová.” Romanos 10:13: “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Él aplica ese pasaje a Jesús.

Él es Jehová. Ahí está la paradoja. Él es Dios. Él es hombre. Piense en lo que los profetas escribieron. Génesis 3:15, el Mesías sería la simiente de la mujer. Daniel 7:13, Él sería el Hijo del hombre. Salmo 2:7, Él sería el hijo de Dios. Génesis 22:18, la simiente de Abraham. El Salmo 132:11, Él sería el fruto del cuerpo de David. ¿Cómo puede ser una persona todo eso? La simiente de la mujer, el hijo de David. La complejidad sorprendente de las profecías paradójicas. ¿Cómo puede Dios ser hombre y el hombre ser Dios y sin embargo el Hijo del hombre y el Hijo de Dios? ¿Cómo puede ser uno el Hijo del hombre y sin embargo, no tener padre humano y nacer en la simiente de una mujer, cuando una mujer no tiene simiente y ser el creador de esa mujer al mismo tiempo? No es sorprendente que los profetas se sorprendieran. Dios lo hizo así para que no hubiera un farsante. Jesús fue todo esto.
Él era Dios y Él era hombre. El verbo hecho carne. Él era la simiente de la mujer, nacido de virgen sin un padre humano. Gálatas 4:4 dice que Él fue nacido de mujer. Él fue el Hijo del Hombre. El dijo de sí mismo en Lucas 19:10 “el Hijo del hombre ha venido buscar y a salvar lo que se ha perdido”. Él es el hijo de Dios. Lea Hebreos 1, versículo 2 y versículo 5. Mateo 1:1 dijo: “Él es la simiente de Abraham y la simiente de David.” Él era todo; y toda la paradoja se resuelve en Él. Hombre, cuando usted comienza a entrar en la naturaleza de Jesucristo y Su persona, se vuelve un complejo sorprendente de profecías cumplidas.

Escuche lo que dice Mateo 22, Jesús aquí acorraló a los fariseos en este pasaje en particular de Mateo 22:41. Los fariseos siempre le estaban haciendo preguntas y entonces, Él pensó que les haría una. “Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó, diciendo: ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo?” La gente se me ha acercado muchas veces y me ha dicho que no entiende cómo Cristo puede ser Dios y el Hijo de Dios. No se preocupe, yo tampoco lo entiendo. Yo simplemente lo creo, usted sabe, lo que nadie realmente entiende es que Cristo sabía que fue un problema difícil y Él lo presentó aquí. “¿De quién es hijo? Le dijeron: “De David. Él les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo: Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi derecha, Hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus pies? Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su Hijo?” ¿Y sabe cuál fue su reacción? “Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.” ¿Cómo puede ser Él el hijo de David y el Dios de David? Lo es. Eso prueba que Jesús está diciendo que Él es tanto hijo de David, humano, como Dios de David, divino. Es una blasfemia absoluta decir que Jesús es algo menos que eso.

Pablo oró en Colosenses 2:2: y 2:3 para que los cristianos tuvieran todas las riquezas de una certeza plena y entendimiento del misterio. ¿Cuál era el misterio de Dios, esto es del Padre y Cristo? ¿Puede Dios ser ambos? Lo es. Yo no sé cómo puede ser, pero lo es. No me importa cómo es que lo sea. Simplemente creo que lo es. Él puede resolver el problema. Yo, no puedo. Pero yo sé que Jesús dijo esto en Juan 14:9: “el que me ha visto a Mí, ha visto al Padre.” Esa es la paradoja, amigo. La paradoja de Navidad. El Bebé era Dios.

Permítame darle otra. La paradoja de la línea de Judá. Esto es fascinante. Regrese a Génesis 49:10. La paradoja de la línea de Judá. Usted sabe, desde Génesis, el profeta Moisés hace la afirmación de que el Mesías vendrá de la tribu de Judá. Ese es un problema, como lo veremos.
En Génesis 49:10. Génesis tiene 50 capítulos, esto está casi al final: “No será quitado el cetro de Judá”. El cetro era el símbolo de un rey, el que tenía el derecho de gobernar. El cetro no partirá de Judá. En otras palabras, no habrá rey fuera de la línea de Judá. “Ni el legislador de entre sus pies”. Ese es un retrato muy vívido de descendencia aquí. “Hasta que venga Siloh”. Siloh significa ‘al que pertenece’ o ‘aquel que tiene el derecho’. “Y a Él se congregarán los pueblos.”

Ahora observe esto, sea quien fuere este rey, vendrá de la tribu de Judá. Ninguna otra tribu tendrá un rey. Ahora, él tomó a las 12 tribus de Israel y se concentró en una tribu y dijo que vendría de Judá. Siloh quiere decir aquel que tiene el derecho, el rey venidero. El gobernador. Entonces, usted pregunta qué tiene de paradójico esto. Moisés escribió eso. Bueno, escuche, Moisés escribió también unas cuantas cosas que pudieron haber confundido esto. Regrese al capítulo 38; y le mostraré unos de los incidentes más interesantes en Génesis.

Judá, ahora recuerde, el Mesías vendrá de la línea de Judá, pero Judá era un hombre malo. Él se halló ahí probablemente teniendo malos pensamientos; y su hijo había muerto, y le dejó una nuera. Su nuera se cubrió, salió adonde Judá iba a venir y aparentemente, él estaba en el mercado buscando a una prostituta; y ella fingió ser una de ellas. Judá se involucró con ella y aparentemente, él nunca le quitó el velo para ver quién era. Entonces Judá, a través de quien iba a venir la línea piadosa de David y Cristo había cometido adulterio con su propia nuera. Y observe lo que sucede en el capítulo 38, versículo 24. Él no lo sabía. “Sucedió que al cabo de unos tres meses,” alrededor del tiempo que toma saber si algo resultó de esa relación, “fue dado aviso a Judá, diciendo: Tamar tu nuera ha fornicado, y ciertamente está encinta a causa de las fornicaciones.” Estos son hijos bastardos. Ilegítimos. “Y Judá dijo: Sacadla, y sea quemada.” ¡Oh, ese orgullo y esa doble moral!

De acuerdo con Deuteronomio 22, usted tenía que apedrear a las personas por eso. El quemar fue mencionado en Levítico 20:14 y 21:9, sólo en caso de crimen excesivo. Realmente estaba siendo justo a sus propios ojos Judá. “Pero ella, cuando la sacaban, envió a decir a su suegro: Del varón cuyas son estas cosas, estoy encinta. También dijo: Mira ahora de quién son estas cosas, el sello, el cordón y el báculo.” Cuando ella lo había seducido, tomó esas cosas de él para regresar con ellas. Y obviamente, él se dio cuenta de manera horrible. “Entonces Judá los reconoció, y dijo: Más justa es ella que yo, por cuanto no la he dado a Sela mi hijo. Y nunca más la conoció.”
Como puede ver, cuando un hijo judío moría, si había un hijo disponible, entonces, esa esposa le era entregada a ese hijo que estaba disponible. Pero él no lo hizo. Él no la volvió conocer. Dejó ese pecado. “Y aconteció que al tiempo de dar a luz, he aquí había gemelos en su seno. Sucedió cuando daba a luz, que sacó la mano el uno, y la partera tomó y ató a su mano un hilo de grana, diciendo: Este salió primero.” Él comenzó a salir y ella le amarró esto. “Pero volviendo él a meter la mano, he aquí salió su hermano;” aquí debió haber algo de lucha, “y ella dijo: ¡Qué brecha te has abierto! Y llamó su nombre Fares. Después salió su hermano, el que tenía en su mano el hilo de grana, y llamó su nombre Zara.”

Entonces, a partir del pecado de Judá, nacieron los gemelos Fares y Zara. Usted pregunta por qué esto es significativo. Moisés escribió eso. Moisés escribió que Judá, mediante prostitución, tuvo hijos ilegítimos. Moisés también escribió que la línea del Mesías no dejaría de salir de la tribu de Judá. Pero Moisés también escribió esto en 20 Deuteronomio 23:2: “Un bastardo no entrará la congregación del Señor, él no entrará en la congregación del Señor.” Dos veces en un versículo. Si la descendencia de Judá es una línea ilegítima maldita, ¿cómo podía David llegar a reinar? Y si David nunca reinaba, entonces el Mesías nunca podría ser el hijo del rey y nunca podría llegar a heredar el trono de David.
Bueno, Moisés entonces debió haberse extrañado y debió haberse preguntado ‘¿cómo puede ser que en Judá -cuando Judá tiene descendencia ilegítima- y cómo puede el Mesías venir de una descendencia así? ¿Ah? Pero Moisés también escribió esto en Deuteronomio 23:2: “Un bastardo no entrará en la congregación del Señor hasta la décima generación.” Hasta la décima generación. En la décima generación, la maldición en la removida.

Y quiero llevarlos a Mateo, capítulo 1, versículo 1. Quiero mostrarles algo. Es fantástico, versículo 3. Usted pregunta si existe algo de interés en estas genealogías. Oh, claro, algo fabuloso. “Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró de Tamar a Fares,” observe esto, “Fares a Esrom (2), y Esrom a Aram (3). Aram engendró a Aminadab (4), Aminadab a Naasón (5), y Naasón a Salmón (6). Salmón engendró de Rahab a Booz (7), Booz engendró de Rut a Obed (8), y Obed a Isaí (9). Isaí engendró al rey David,” ¿cuántas? Diez. La maldición fue quitada con David.
Como puede ver, Dios hace las cosas de manera exacta y precisa de acuerdo con Su Palabra. De tal manera que cuando David nació, como la décima generación del pecado, la maldición fue eliminada. David tuvo todo derecho de entrar a la congregación del Señor y la línea mesiánica fue purificada. Así de precisa es la Palabra de Dios. El profeta nunca habría sabido eso. David ni siquiera había nacido. Diez generaciones después, limpio y puro.

Quiero que sepa esto: Dios es un Dios perdonador. ¿Sabía que sólo hay cuatro mujeres mencionadas en esta genealogía hasta María? Cuatro mujeres. Tres prostitutas y una idólatra. No me diga que Dios no es un Dios de gracia cuando Él incluye a tres prostitutas y a una adoradora de ídolos en Su línea mesiánica. La gente dice que no hay gracia en el Antiguo Testamento. No lo crea. Rahab, la ramera, de hecho engendró a Booz. Booz se casó con la idólatra Rut; y ella fue la abuela de David. Diez generaciones después de la seductora Tamar fue cuando se llevó a cabo la purificación de la línea. Dios es un Dios de gracia. La paradoja se resuelve en Cristo.

Permítame darle otra. En tercer lugar, la paradoja del hogar del Mesías. Usted sabe, Miqueas 5:2. No lo busque, dice: “Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará a mi pueblo Israel.” ¿De dónde iba a venir Jesús de acuerdo con Miqueas? De Belén. Oseas vino y dijo en Oseas 11:1 ‘de Egipto llamé a Mi Hijo’. El profeta debió haberse sorprendido y debe haber dicho ‘Miqueas, dice Belén, Oseas dice de Egipto’. Simplemente para empeorar las cosas, Isaías dijo algo, nada más que esto fue una afirmación velada, capítulo 11, versículo 1: “saldrá una vara del tronco de Isaí y un vástago retoñará de sus raíces”. Vástago significa retoño. Eso es interesante. Había una ciudad en el Nuevo Testamento conocida como Nazaret. La ciudad del retoño. Eso es lo que significa. Vendrá un retoño de la ciudad del retoño. Entonces, el profeta dice Belén. Y el profeta vuelve a decir Egipto. Un tercero dice la ciudad del retoño, Nazaret. ¿Cómo pueden resolver estas cosas? De nuevo, les repito, los hombres no escribieron la Biblia, o de lo contrario no habrían escrito eso.

Observen Mateo 2. Cumplimiento absoluto. Mateo 2:1: “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos.” ¿Por qué vinieron? Versículo 5: “Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel.” Él nació en Belén porque eso fue lo que el profeta dijo.
Usted preguntará qué hay acerca de Egipto. Oh. ¿Qué hay acerca de Egipto? Observe el versículo 13: “Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al Niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al Niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a Su madre, y se fue a Egipto y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a Mi Hijo.” Ahí está Oseas 11:1 cumplido. ¿No es sorprendente que Dios inclusive ordena la situación política de los Herodes para forzar las cosas para cumplir la profecía? Él hace que la ira de los hombres lo alabe.

Usted preguntará qué hay con Nazaret. Eso está en el versículo 23: “Y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.” O retoño. ¿Por qué no se quedó en Judá? ¿Por qué no se quedó Nazaret?
Le voy a decir por qué. En una explosión de enojo, Herodes, quien siempre estaba cambiando de parecer, él tenía problemas con su mundo, siempre lo estaba cambiando, poco antes de su muerte colocó a Arquelao, el peor de todos sus hijos que vivía, a cargo de Judea y colocó a Anapis para gobernar en Galilea y Perea. Cuando él hizo eso, él colocó en Judea al peor gobernante posible. De hecho, Arquelao en una ocasión mató a 3000 judíos en una ejecución en particular.
¿Sabe usted porque José no fue ahí? El versículo 21 dice: “Entonces él se levantó, y tomó al Niño y a su madre, y vino a tierra de Israel. Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá.” Si Arquelao no se hubiera apoderado de Judea, José hubiera ido ahí y Jesús no hubiera sido de Nazaret. ¿Lo entiende? Dios ha ordenado todo acontecimiento de la historia para cumplir Sus profecías. No hay manera alguna en la que Isaías hubiera sabido lo que iba a suceder cientos de años después. Por un deseo personal, Herodes cambia de parecer y ordena lo que él ordenó y cumple, de manera absoluta, la Palabra de Dios. Todas las paradojas son resueltas de manera hermosa.

Permítame darle otra. Cuarta. La paradoja del derecho al trono. El Mesías debía ser Rey. Eso fue claro en las profecías. Eso es lo que significa la palabra Mesías. Ungido. Él iba a heredar el trono de David. Él iba a tomar el cetro al que realmente tenía derecho. En la genealogía del Nuevo Testamento, si usted está mirando Mateo 1, usted está en el lugar correcto. El derecho legal al trono es pasado a través de Salomón a José. Y quiero que observe, si había algún rey en Israel, y no era un rey legítimo, pero si había un rey legítimo gobernando en Israel, habría sido José, el padre de Jesús porque él era parte de la línea real. Ahora, David tuvo muchos descendientes, pero ¿qué descendiente recibió el derecho real? El primogénito. Entonces, fue a través de Salomón que vino el derecho real. Los otros descendientes de David tuvieron sangre real y hubo una descendencia real, pero el derecho real fue al primogénito. Entonces, a partir del primogénito vino la línea real.
Ahora obsérvelo, y aquí vamos en el versículo 6 de Mateo 1: “Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías. Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa. Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías. Uzías engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías. Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías. Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia.” Observe que Jeconías es el último rey. Nunca ha habido un rey en Israel desde Jeconías. Nunca. El hijo de Jeconías trató y falló. La cautividad babilónica terminó con el gobierno de los Reyes de Israel. “Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor…” Y continúa, pero no hay reyes. Pero todavía es la descendencia real. Después de la cautividad de Babilonia, los gentiles se apoderaron de la tierra y de su gobierno. Pero, “Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.”

Como puede ver, el derecho para volverse rey vino de José. María no descendió de la línea de Jeconías. No. María no vino a través de Salomón. La línea de María vino a través de Natán, otro hijo de David. Ella era real y ella era de la línea de David. Y ella tenía que tener un hijo de David para que fuera la madre del Mesías, ¿verdad? Ella tenía que ser hija de David. Si Él hubiera nacido sólo del lado de María, Él no podría haber heredado el derecho real, porque eso tenía que venir a través de José. Sólo había un hombre en todo Israel que podía ser Su padre. Un hombre llamado José. El único hombre que podía ser. Él fue el primogénito de Jacob que tenía el derecho de gobernar. Pero él no podía ejercer ese derecho. No había reyes en esa época. Usted preguntará por qué no podía haber rey.
Regrese a Jeremías 22 y le mostraré una profecía fascinante. Simplemente imagine esto. Aquí está el profeta diciendo que el Mesías será Rey. El Mesías será el Rey. El Mesías estará en el trono de David. Él reinará. Ahora, observe esto. Imagínese que están diciendo una, y otra y otra vez y después, se profetiza esto: Jeremías 22, versículo 30: “Así ha dicho Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia,” ¿qué hombre? Versículo 28, Conías. Ahora, ese es Jeconías, la misma persona. Usted puede estudiar el mismo pasaje, definitivamente es el mismo hombre. “Así ha dicho Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia…” Ahora, eso no significa que él nunca tendrá hijos. Significa que este “Hombre a quien nada próspero sucederá en todos los días de su vida; porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Judá.”

Ahora, observe esto. Aquí está un profeta diciendo que el Mesías será Rey. Que Él vendrá de Judá. Que Él vendrá a través de la línea de David. Usted sigue la línea de David y llega a Jeconías. El profeta dice que Jeconías será privado de descendencia. ¿Cómo es posible que usted pueda resolver las profecías para que, por un lado un rey venga de parte de David y por otro lado, la profecía de que ningún hijo de Jeconías jamás gobernará? ¿Cómo puede ser? Regrese a Mateo capítulo 1. Observe el versículo 16. “Y Jacob engendró a José.” Ahora, observe esto. “Marido de María, de la cual nació Jesús llamado el Cristo.” ¿Observó usted que ahí dice engendró y tal engendró a tal y tal engendró a tal y tal engendró a tal y Jacob engendró a José y José engendró a Jesús.” ¿Es eso lo que dice? ¡Oh, no! Porque si José hubiera engendrado a Jesús, Jesús habría heredado de la maldición de Jeconías y nunca habría podido reinar, aunque tuviera el derecho. Él habría heredado la maldición física.
Entonces, observe esto: “Jacob engendró a José, marido de María de la cual…” Amados, esa es una construcción femenina en el griego. Es femenina y singular. Usted no tiene hijos en el singular. Femenina singular ‘de la cual nació Jesús’. Jesús tenía que nacer de la línea de David. Él nació de María. Él tenía que heredar el derecho al trono sin la maldición, y por ello, José tenía que ser Su padre legal, pero no podía ser Su padre terrenal. ¿Lo ve? Esto es cumplimiento absoluto. Jesús tenía el derecho de reinar a través de José sin que le afectara la maldición de Jeonías.
Escuchen amados, cuando Dios escribe la historia, la escribe bien. La escribe correctamente. Entonces, la paradoja del Dios hombre, la paradoja de la línea de Judá, la paradoja del hogar del Mesías y la paradoja del derecho a gobernar.

Permítame darle la última. La paradoja de la piedra. Cuando usted piensa en la navidad, usted piensa en un bebé. Haga eso a un lado por un momento, si es tan amable. Piense en una roca. Nada podría estar más lejos de eso. Pero piense en ello de esta manera, porque el Antiguo Testamento presenta al Mesías venidero como una piedra. Y es interesante que en Isaías, usted tiene dos perspectivas de la piedra. Isaías 8:14: “Entonces Él será por santuario; pero a las dos casas de Israel, por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalén. “
Ahora, aquí está la venida del Mesías. Él va a ser una roca de tropiezo y roca de ofensa. Ese no es un retrato muy acogedor. Más adelante, en Isaías, dice esto en el capítulo 28, versículo 6: “He aquí, pongo en Sión la principal piedra del ángulo, una piedra principal, una piedra preciosa, un cimiento seguro.” Isaías debió haberse estado rascando la cabeza diciendo: ‘no entiendo Dios: eres una roca de tropiezo y eres la roca de ofensa. Y de pronto, eres preciado. ¿Cómo puede una roca de tropiezo y roca de ofensa ser la piedra preciosa del ángulo?’ El Salmo 118:22 dice: “La piedra que los edificadores rechazaron, se ha vuelto la principal piedra del ángulo.” Y usted tiene ahí la idea de la principal piedra del ángulo.

¿Cómo puede una persona ser una roca de tropiezo, una roca de ofensa, una roca preciada del ángulo, aprobada, un cimiento seguro y después Daniel, para hacerlo más difícil, una piedra que hiere? ¿Cómo puede ser uno todo eso? Jesús lo fue. Escuche Primera de Pedro capítulo 2, versículo 6. Aquí Pedro cita a Isaías 8, Isaías 28 y el Salmo 118. Los tres que le acabo dar leer. Él cita a todos en un pasaje: “Por lo cual también contiene la Escritura he aquí pongo en Sión la principal piedra del ángulo elegida y preciosa. Y el que creyere en Él no será despreciado. Para vosotros que creéis, Él es precioso, pero para los que no creen, la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo y piedra de tropiezo y roca de ofensa que hace caer porque tropiezan en la Palabra, siendo desobedientes a lo cual fueron también destinados.”

Observe. Pedro dice sí, Él es toda esas piedras. La diferencia es esta: Él es preciado para ustedes, lo que creen y Él es una ofensa para aquellos de ustedes que no creen. Escuche. El nacimiento de Cristo fue el acontecimiento más glorioso del mundo o es la condenación de la vida del hombre y de su destino. Usted no puede jugar con el nacimiento de Cristo. Usted puede celebrarlo con gozo sólo si lo cree y esa piedra es preciosa. Porque si Él no es así, Cristo es una piedra de tropiezo. Él es una roca de ofensa. La palabra “ofensa” en griego es skandalon. Es la vara torcida que es usada en una trampa. Se coloca la carnada. Cuando la carnada es mordida, la vara cierra la trampa y mata a víctima. Eso es Jesucristo. Él es mortal o es precioso. Pero no se puede jugar con esto. La roca ofensa, la palabra petra, presenta una enorme plataforma de roca en contra de la cual los hombres se despedazan.
¿Qué es Cristo para usted esta Navidad? ¿Es precioso? ¿Es Él la piedra angular sobre la cual usted construye su vida? ¿Es Él un cimiento seguro? ¿O es Él una piedra de tropiezo, una roca de ofensa preparada para atraparlo a usted? No deje que Satanás lo engañe creyendo que usted puede jugar a rendir adoración a Jesús y librarse de esa manera. O es para usted una piedra preciosa o es para usted una piedra que lo va a despedazar. Oremos.

Padre, sabemos que la resolución de la paradoja de Isaías de la piedra es simplemente fe para aquellos que creemos en Ti como Señor y Salvador. Para nosotros, Tú de hecho eres precioso. Una Piedra angular preciosa sobre la cual edificamos nuestras vidas. Pero para aquellos que no creen, Padre, oramos que la obra de convencimiento del Espíritu Santo los atraiga a Cristo aún en este día para que puedan creer y entregar sus vidas a esa creencia. Oramos en Su Nombre maravilloso. Amén.




Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
Gracia a Vosotros

domingo, 15 de noviembre de 2015

Escogidos por Dios R.C. Sproul


“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó” (Ro. 8:29,30).
Este pasaje tan bien conocido de Romanos ha sido llamado la "Cadena de Oro de la Salvación". Notamos una especie de orden aquí que comienza con la presciencia de Dios y continúa hasta la glorificación del creyente. Es crucial para la idea de la presciencia que en este texto la presciencia de Dios venga antes de la predestinación de Dios.
Siento un gran aprecio por la idea de la presciencia en cuanto a la predestinación. En tiempos la sostuve antes de rendirme a la idea reformada. Pero abandoné esta idea por varias razones. Entre éstas no es la menos importante el haber llegado al convencimiento de que la idea de la presciencia no es tanto una explicación de la doctrina bíblica de la predestinación como una negación de la doctrina bíblica. No incluye todo el consejo de Dios en el asunto.
Quizá la mayor debilidad de la idea de la presciencia es el texto citado como su mayor fuerza. Tras un análisis más minucioso, el pasaje de Romanos citado anteriormente viene a ser un grave problema para la idea de la presciencia. Por un lado, los que apelan al mismo para apoyar la idea de la presciencia encuentran demasiado poco. Esto es, el pasaje enseña menos de lo que los defensores de la presciencia quisieran que enseñase y, sin embargo, enseña más de lo que ellos quisieran que enseñase.
¿Cómo puede ser esto? En primer lugar, la conclusión de que la predestinación de Dios está determinada por la presciencia de Dios no se enseña en el pasaje. Pablo no sale diciendo que Dios escoge a la gente sobre la base de su conocimiento previo de las elecciones de ellos. Esa idea ni se afirma ni se implica en el texto. Lo único que el texto declara es que Dios predestina a los que conoce antes. Nadie disputa en este debate que Dios tiene presciencia. Aun Dios no podría escoger a personas de las cuales nada supiera. Antes de poder escoger a Jacob, tuvo que tener alguna idea en su mente acerca de Jacob. Pero el texto no enseña que Dios escogió a Jacob sobre la base de la elección que hizo Jacob.



Escogidos por Dios R.C. Sproulescogidos_por_dios.pdf

lunes, 2 de noviembre de 2015

EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU SANTO

por R. C. Sproul


"¿Has recibido el bautismo del Espíritu Santo?" 

A cualquier persona hoy en día que se convierta en cristiano tarde o temprano se le hará esta pregunta. Esta pregunta la suelen formular los cristianos carismáticos, muy entusiastas de sus experiencias con el Espíritu Santo.

Una doctrina que en un tiempo estaba confinada a las Iglesias Pentecostales y a las Asambleas de Dios, se ha convertido ahora de vital importancia para un número muy extendido de creyentes. El movimiento neo-Pentecostal ha alcanzado a casi todas las denominaciones cristianas. Un sentimiento de excitación y de renovación espiritual suele acompañársete descubrimiento fresco de la presencia y el poder del Espíritu Santo en la iglesia.

El neo-Pentecostalismo ha buscado definir la doctrina del bautismo del Espíritu Santo basándose en las experiencias de las personas. Esta doctrina ha sido motivo de mucha controversia.

Por lo general, si bien no siempre, el cristiano carismático considera que el bautismo del Espíritu Santo es una segunda obra de gracia, distinta y subsiguiente a la regeneración y la conversión. Es una obra del Espíritu Santo que esta disponible para todos los cristianos, pero que no todos los cristianos toman posesión de ella. Los carismáticos están divididos entre sí sobre el tema de si el hablar en lenguas es una señal o manifestación necesaria del "bautismo".

Los Pentecostales señalan que en el libro de Hechos los creyentes (que obviamente ya habían experimentado la obra de regeneración del Espíritu con anterioridad a Pentecostés) fueron llenos del Espíritu Santo y hablaron en lenguas. Este modelo bíblico, que incluye el transcurso del tiempo entre la conversión y el bautismo del Espíritu, es visto como normativo para todas las edades.

Los Pentecostales están en lo cierto cuando distinguen entre la regeneración del Espíritu Santo y el bautismo del Espíritu Santo. La regeneración se refiere al Espíritu Santo otorgándole al creyente una nueva vida -resucitando a la vida a alguien que estaba muerto en el pecado. El bautismo del Espíritu Santo se refiere a Dios dotando a su pueblo del poder para el ministerio.

Si bien la diferencia entre la regeneración y el bautismo del Espíritu Santo es legítima, el hacer que el transcurso del tiempo entre ambos sea normativo para todas las edades no es válido. El modelo normal, desde el tiempo de los apóstoles, ha sido que los cristianos recibieran el poder del Espíritu Santo de manera concomitante con la regeneración. No es necesario que los creyentes busquen un bautismo específico a una segunda obra del Espíritu, subsiguiente a su conversión. Todos los cristianos están, en mayor o menor grado, llenos del Espíritu -dependiendo de cuanto de sí han rendido al Espíritu.

Otro problema relacionado con la doctrina pentecostal es que nos brinda una visión inadecuada de Pentecostés. Pentecostés representa la divisoria de las aguas en la historia del Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, solo un grupo muy selecto de creyentes habían recibido los dones de Dios para el ministerio (véase Números 11). Este modelo se modificó en Pentecostés. En Pentecostés todos los creyentes presentes (quienes eran todos judíos) recibieron el bautismo. De manera similar, recibieron e! bautismo del Espíritu cuando e! Espíritu también se derramó en los convertidos en Samaria (Hechos 8), los creyentes en la casa de Camelia (Hechos 10), y los discípulos gentiles de Juan en Éfeso (Hechos 19).

Los primeros creyentes no pensaban que los samaritanos, los temerosos de Dios, y los discípulos gentiles de Juan podían ser cristianos. Por eso, el bautismo del Espíritu Santo sirvió como confirmación de su calidad de miembros dentro de la iglesia. Como cada uno de estos grupos había experimentado el bautismo del Espíritu Santo de la misma manera que lo habían experimentado los judíos en Pentecostés, no había forma de rechazar su inclusión en la iglesia. Pedro mismo tuvo esta experiencia personalmente. Cuando Pedro vio que el Espíritu Santo había venido sobre los gentiles temerosos de Dios que estaban en la casa de Camelia, concluyó que no había ningún motivo para mantenerlos alejados de la plena comunión en la iglesia. Pedro dijo: "¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?" (Hechos -10:47).

Los episodios del bautismo del Espíritu Santo subsiguientes a Pentecostés deben ser entendidos como una prolongación de Pentecostés por medio de la cual todo el cuerpo de Cristo tiene el don del ministerio. En la iglesia del Nuevo Testamento no todos los creyentes hablaban en lenguas, pero todos los cristianos tenían el don del Espíritu Santo. Se había cumplido así con la profecía de Joel (Hech 2:16-21).

Resumen

l. El bautismo del Espíritu Santo es una obra específica en la cual el Espíritu dota a los creyentes con los dones para el ministerio.
2. En Hechos, el Espíritu Santo es derramado en cuatro grupos (los judíos, los samaritanos, los temerosos de Dios, y los gentiles), indicando así que todos están incluidos en la iglesia del Nuevo Pacto.
3. Pentecostés cumple la profecía del Antiguo Testamento que dice que el Espíritu sería derramado sobre todos los creyentes y no estaría restricto a unos pocos.

Pasajes bíblicos para la reflexión

1 Cor. 12

LAS GRANDES DOCTRINAS DE LA BIBLIA
por R. C. Sproul
Traductora: Marcela Robaína




viernes, 23 de octubre de 2015

8 razones para amar la sana doctrina

Ministerio / Kevin Halloran
Recientemente hablé con un pastor, el pastor Fernando, que me dijo con gozo que 450 personas dejaron su iglesia de 600. ¿Por qué estaba feliz?
Fernando llevaba años predicando un mensaje de prosperidad y prometiendo sanidad a su iglesia. Y a su redil le encantaba. Pero luego dos de sus hijos murieron en un período corto de tiempo, uno de violencia y el otro de enfermedad. Su mensaje de prosperidad empezó a desmoronarse. ¿Dónde estaba la bendición de Dios? ¿Por qué le estaba pasando esto?
Dios le reveló al pastor Fernando que él estaba predicando un falso mensaje que hizo daño a su congregación y los dejó sin preparación al enfrentarse a la profunda realidad del sufrimiento. Predicar esta doctrina falsa parecía dar resultados a corto plazo, pero a la larga estaba llevando a la gente tras riquezas y bendiciones que la Biblia nunca promete, y quitando el enfoque de las promesas mayores de las Escrituras.
La iglesia necesita sana doctrina para poder enfrentar las complejidades de la vida y de la fe.  
¿Qué es la sana doctrina?
La doctrina es “enseñanza escritural de verdades teológicas”[1]. Añadir el término sano a doctrina aguza la definición con las ideas de “saludable” o “adecuado”[2]. Por tanto, una definición de lo que la Biblia quiere decir cuando habla de sana doctrina es la siguiente: 
La sana doctrina es la enseñanza bíblica y adecuada de verdades teológicas que llevan a la salud espiritual y a vidas transformadas tanto de los individuos como de la iglesia
La sana doctrina debe ser el contenido de cada sermón, de cada estudio bíblico, de cada canción y de cada libro que leamos en la iglesia. Y debemos amarla. Aquí hay 8 razones por qué hacerlo:

1. Debemos amar la sana doctrina porque Dios ama la sana doctrina.

Las Escrituras ordenan que los líderes  “retengan la palabra fiel que es conforme a la enseñanza” y que “sean capaces también de exhortar con sana doctrina y refutar a los que contradicen” (Tito 1:9). La sana doctrina fluye de las palabras de Dios y de su voluntad revelada en las Escrituras. Dios nos dio Su Palabra y sana doctrina para que podamos conocerle, amarle, obedecerle, y enseñar a otros acerca de Él y de lo que Él ha hecho por nosotros en Cristo. Amémosla porque le amamos a Él.

2. Debemos amar la sana doctrina porque hace madurar tanto a los individuos como a la iglesia.

La doctrina que no es sana trastorna la fe, extravía a la gente, y finalmente nos hace perder el tiempo, como le sucedió al pastor Fernando. Enseñar sana doctrina lleva a la madurez espiritual, tanto en individuos como en la iglesia en su conjunto (Efesios 4:11-14). Conforme nos alimentamos de sana doctrina, vamos teniendo menos gusto por la teología que da comezón de oír pero que luego nos deja insatisfechos y necesitados de lo que verdaderamente necesitamos. La sana doctrina hace crecer nuestra fe y nos lleva a invertir el tiempo sabiamente para Cristo y Su Reino, haciendo madurar a la gente y a la iglesia a la imagen de Cristo.

3. Debemos amar la sana doctrina porque fluye del evangelio.

En 1 Timoteo 1:11, Pablo dice que la sana doctrina es “según el glorioso evangelio del Dios bendito”. El evangelio es un mensaje para ser proclamado y enseñado. La sana doctrina es la sustancia de la verdadera enseñanza del evangelio. Nuestro amor por el evangelio debería estar fuertemente atado con el amor por la sana doctrina, ya que comunica las verdades del evangelio que traen salvación a los oyentes (1 Timoteo 4:16).

4. Debemos amar la sana doctrina porque nos lleva a la santidad.

1 Timoteo 1:10 nos dice que existe una forma de vivir que es contraria a la sana doctrina. La doctrina correcta está ligada a la manera correcta de vivir, y esto es lo que quiere decir Pablo cuando habla del “pleno conocimiento de la verdad que es según la piedad” (Tito 1:1). La sana doctrina nos enseña acerca de un Dios santo y que está airado con el pecado, pero que nos ama lo suficiente como para sacrificar a Su Hijo en nuestro favor, para librarnos de ese pecado. La sana doctrina de un Dios santo produce gente santa.

5. Debemos amar la sana doctrina porque nos guarda de la falsa doctrina.

Las Escrituras apuntan a tres fuentes de doctrina: los demonios (1 Timoteo 4:1), los hombres (Mateo 15:9), y Dios mismo (Tito 2:10). La sana doctrina fluye de Dios mismo, y es incorruptible y dadora de vida. La sana doctrina es un ancla de verdad que nos guarda de ser “llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina” (Efesios 4:14). El amor por la sana doctrina será un “escudo de verdad” contra las mentiras y las doctrinas del enemigo, que son rampantes hoy día, incluso en muchas iglesias.

6. Debemos amar la sana doctrina porque nos lleva a la acción.

Las Escrituras preparan a los hombres y a las mujeres para toda buena obra (2 Timoteo 3:17). Del mismo modo, una enseñanza sana de las doctrinas de las Escrituras cataliza tanto el servicio como el testimonio, al instalar una convicción profunda y un gozo real en la vida de los cristianos. Escuchar la verdad de las Escrituras enseñada claramente exaltará la misericordia y la gracia de Dios, lo cual hará que estemos agradecidos y obedezcamos Sus mandamientos para ser luz en el mundo y proclamar el evangelio, “adornando la doctrina de Dios nuestro Salvador” (Tito 2:7-10).

7. Debemos amar la sana doctrina porque esto significa amar a Cristo mismo.

Nada me hace tener que contenerme como cuando escucho a los cristianos decir: “no necesito doctrina, ¡solamente quiero amar a Jesús!”. Esta gente no entiende que la doctrina es la que nos habla de Jesús, que es la Verdad hecha carne (Juan 14:6). Jesús vino a predicar (Marcos 1:38). Su predicación incluía comunicar doctrina que proclamaba quién es Él y cómo deben vivir sus discípulos en relación con Él y con el mundo.

8. Debemos amar la sana doctrina porque al final nos lleva a la adoración.

Contemplar las verdades acerca de Dios y Sus obras entre los hombres nos hace maravillarnos con asombro de su bondad (Salmos 107). La adoración no es solamente el resultado de la doctrina: es la razón por la que la doctrina existe. Pablo ejemplifica esto concluyendo una de las porciones más ricas de las Escrituras en cuanto a doctrina con la siguiente doxología: ”¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!” (Romanos 11:33).
Dios quiere que la sana doctrina llene la iglesia con creyentes santos, que exalten y proclamen a Cristo y que maduren diariamente en el conocimiento de Dios y la obediencia a Él. 
El pastor Fernando ha aprendido mucho desde que dejó de predicar el mensaje de prosperidad y comenzó a centrarse en enseñar las Escrituras. Aunque mucha gente ha abandonado la iglesia, nuevas personas han venido, ansiosas por escuchar la vedad. Los adolescentes que solían sentarse en la parte de atrás de la iglesia y enviar mensajes de texto durante el servicio se han movido ahora a las filas de adelante y han comenzado a servir y a alcanzar su comunidad. Este es un cuadro de la sana doctrina en acción. Enseñar sana doctrina es importante.

El lugar donde comienza la sana doctrina

Aunque estudiar doctrina en la iglesia local es una forma fantástica de crecer, quizás lo más importante que podemos hacer diariamente es estudiar las Escrituras con fidelidad y cuidado. Conforme hemos entrenado a pastores en el programa Pastores Entrenando a Pastores, hemos visto que a menudo el crecimiento en la sana doctrina viene cuando la Palabra derriba las doctrinas que no son sanas, que están enraizadas en un marco teológico defectuoso, en valores culturales específicos, o simplemente en no leer las Escrituras en su adecuado contexto histórico, bíblico y literario.
Prestemos atención al mandamiento de Pablo en 2 Timoteo 1:13 y “retengamos la norma de las sanas palabras que hemos oído, en la fe y en el amor en Cristo Jesús”.


[1] Baker's Evangelical Dictionary of Biblical Theology
[2]  Entrada para ὑγιαίνω in Louw, Johannes P. and Eugene Albert Nida. Greek-English Lexicon of the New Testament: Based on Semantic Domains. electronic ed. of the 2nd edition. New York: United Bible Societies, 1996.

miércoles, 21 de octubre de 2015

El Evangelio para los Inconversos -C-H-SPURGEON


"Ten confianza. Levántate, Él te llama."Marcos 10:49


I. Primero, pues, MUCHAS PERSONAS QUE REALMENTE BUSCAN AL
SALVADOR NECESITAN GRAN CONSUELO.

Sé que hay aquí esta noche muchas de esas personas. Ustedes anhelan la vida eterna. Dios ha implantado en ustedes un deseo de ser reconciliados con Él; pero necesitan ser animados, porque ustedes se afanan bajo una especie de temor indefinido que estas cosas buenas no son para ustedes. En
parte su conciencia de ustedes, en parte su falta de fe, y en parte Satanás, estos tres se han juntado para arrojar una niebla sobre ustedes, y ustedes realmente piensan que no pueden ser perdonados.

Ustedes no lo pondrían exactamente en esos términos, pero así es el rumbo de sus pensamientos. Tienen ustedes una vaga idea de que hay muchas buenas personas santas que serán salvas, y, ciertamente, que hay algunos grandes trasgresores que serán salvos; pero no piensan que ustedes puedan serlo. ¡Oh, que yo pudiera destruir ese incrédulo pensamiento! Hay salvación, hay misericordia, hay perdón, y es gratuito para cada alma que quiera venir y tomarlos. Es sin ningún costo como el aire que respiran, o como el agua saltarina de esa fuente. "El que quiera, tome del agua de vida gratuitamente."

Ustedes están equivocados en todas esas reflexiones sombrías. Ustedes escriben cosas amargas contra ustedes mismos, pero Dios no las ha escrito. Qué pasaría si cobraran ánimo y tuvieran una esperanza: "Tal vez pueda yo encontrar vida eterna esta noche. Tal vez pueda salir esta noche de esta casa liberado de la carga de mi pecado." Sería un buen comienzo si tuvieras una esperanza así, pero podrías ir mucho más lejos con gran confianza. Puede ser que estás abatido porque piensas que has estado buscando en vano. Tú, joven, comenzaste a orar hace unos cuantos meses, y me da gusto oírlo. Pero todavía no has obtenido la paz. No dejes de orar. Sé que estás desanimado, pero no dejes de buscar. Yo mismo fui durante muchos meses un serio buscador de Dios por medio de la oración. Pensaba que por la oración importuna debía encontrar perdón. No entendía que Él había dicho: "Cree en el Señor Jesús y serás salvo." Así que me puse a trabajar orando. Sin embargo, estoy agradecido que no cesé de orar, aunque a menudo parecía que desperdiciaba mis palabras y gastaba mis lágrimas en vano.

No te desalientes. Este ciego no fue escuchado al principio, aunque gritaba con fuerza. Tuvo que gritar por su vista repetidas veces, aumentando su vehemencia cada vez. No te dejes llevar por la desesperación. Puede haber retrasos, pero nunca habrá una negativa para aquellos que claman
verdaderamente. Ten consuelo. Continúa, querido corazón, continúa, y vas a encontrar la paz y el consuelo. Tal vez, también, están tristes porque hay muchos alrededor de ustedes que los desaniman. Les dicen que no hay nada en la religión. ¿Cómo podrían saberlo? El suyo es un extraño apasionamiento. Hay muchos individuos en el mundo que son considerados honestos en los negocios: ustedes les aceptarían sus firmas, confiarían en su palabra en relación a las cosas que venden, y sin embargo cuando esas buenas personas comienzan a decir que están conscientes de una vida nueva dentro de ellos, que han descubierto que Dios es real y espiritual, y que han recibido un Espíritu que habita dentro de ellos, o que tienen comunión con Dios, al instante mucha gente dice que eso no es verdad, de hecho llamándolos mentirosos. ¿Y por qué no es cierto? ¿En qué se basan para desacreditarlos? Simplemente porque esa gente que mencionamos, dice que ellos nunca han sentido algo así. Pero si hubiera un mundo lleno de gente ciega, y entre ellos unas cuantas personas bendecidas con la vista, cuyos ojos hubieran sido abiertos, si estos comenzaran a hablar de la luz del sol y del color, todos los ciegos podrían decir, "Eso no es verdad." ¿Por qué? "Porque nosotros nunca hemos visto la luz del sol o el color." ¿Acaso eso prueba que no es verdad? Aunque ustedes no posean la facultad de la visión, otros sí la tienen. Si esos hombres son honestos en otras cosas tienen tanto derecho de ser creídos en este asunto como en los demás. Afirmamos solemnemente que hay algo real en la religión. No es solamente un credo, es una vida. Los regenerados pertenecen a una nueva creación. Si algún hombre está en Cristo, él es una nueva criatura con nuevas facultades y nuevos poderes, de manera que es introducido en un mundo completamente nuevo. Entonces no les crean a aquellos que les dicen que no hay nada en ello, porque ellos no saben y por consiguiente no son testigos aceptables. No pueden atestiguar nada sino solamente el hecho de que no participan del secreto.

El Púlpito del Tabernáculo Metropolitano El Evangelio para los Inconversos NO. 1389 Sermón predicado en la noche del Domingo 19 de Agosto de 1877 por Charles Haddon Spurgeon

versión completa:
http://www.spurgeongems.org/schs1389.pdf